-Sophie, quieres levantarte ya! Llegaras tarde, pedazo de gandula!
Eran las 7:23 i yo entraba a las 7:45 y mi colegio estaba a 15 minutos de mi casa, con un poco de prisas, aún 10 minutos solo. Así que me he vestido como un rayo sin poder combinarme la ropa (con lo que me gusta a mi ir siempre con los colores adecuados…) y sin poderme peinar, así que he ido como un día de gimnasia, con una cola alta y mi chándal, aun tengo suerte, porque es un poco bonito…
Al llegar a clase, que por cierto, he llegado 5 minutos tarde, el profesor me ha dicho:
-Rodríguez, no hace falta que entre. Ha llegado tarde, hablaremos después de clase.
Casi me pongo a llorar. ¡Con todo lo que me había preparado ese puñetero examen! Me parecía mentira… Me senté en unas sillas que hay en el pasillo delante de mi clase, una hora entera. En realidad se me pasó rápido porque me dolía mucho el estomago y me moría del dolor y no quise pensar en el examen, si no en ponerme cómoda para que no me doliera.
Cuando se acabo la hora y todos mis compañeros salieron, se me quedaron mirando con cara de “joder, que difícil era el examen” y otros con cara de “eres una pringada”. Me entraron hasta ganas de vomitar con los que me ponían la segunda cara.
Entre en el aula, y mi profesor se me quedo mirando callado y me dijo muy muy pero que muy serio:
-¿Que haremos de ti, Sophie? No quiero que no pases el curso por mi culpa, mañana a las 13:00 vendrás aquí, ni un minuto más, ni un minuto menos. Y no creas que el examen será igual que el de tus compañeros, será mucho más difícil, tómatelo como el regalo de final de curso.
Sonreí y le di las gracias educadamente, pero por dentro pensaba, “será hijo de la grandísima puta”. Pase las dos horas siguientes pensando solo en el dolor de mi barriga. Mi amiga Marta, que se sienta a mi lado me ha dado una pastilla y me ha dicho que me sentaría bien. Tuvo razón, por una vez la tubo. No la suele tener muchas veces, es un poco tontita y creo que repetirá este curso, su problema es que es demasiado creída, pero es muy buena chica, es una de mis mejores amigas.Creo que si no le gustara ir tanto de flor en flor, o como yo lo llamo “de capullo en capullo” no repetiría. Pero es una especie de ninfómana, o eso es lo que me hace creer ella. Yo no lo sé, aun con mis 17 para 18 años no he tenido un novio estable, y soy virgen. Ella en cambio, la perdió en primero de la ESO. Es simpática y es guapa, es morena, alta, delgada, pero no exageradamente, tiene los ojos azules oscuros y me encanta mirarlos porque me recuerdan al mar. En fin, siempre que salimos por la noche, ella acaba con unos cuantos chicos. Literalmente. Me acuerdo de aquella noche que salimos a un pub cerca de casa nuestra, se nos acercaron una pandilla de chicos, 5 o 6, alguno que otro majo, pero no me gustaban y me callé. Ella empezó a tontear con todos, a bailar provocándolos, uno se acercó a mí y le dije que tenía novio, pero el pesado insistía, así que ella, viendo que estaba incomoda, se lo acerco a ella y le dio un beso, pero de los intensos, y le dijo:
-Me estoy poniendo celosa, ¿por qué no dejas a mi amiga y vienes conmigo?
Y lo más fuerte del todo, es que el tío ni me miró y se fue. Pero después se lio con otro de sus amigos, hasta que acabó liándose con los 5 o 6, y se fueron los 7, a casa de un amigo suyo. Si, al día siguiente me dijo:
-Impresionante, de verdad. ¡Tuve 6 polvos seguidos! Acabé muerta, pero fue increíble, alguno lo hacía mejor que otro, pero cuando acabé con todos y dormían me acerqué al que mas me gusto y lo volvimos a hacer, ¡2 seguidos! Y además, hoy hemos quedado otra vez, en mi casa que estoy sola, con otro amigo suyo, pero quiero probarlos a los dos a la vez, a ver qué tal.
Estas cosas, si… son un poco… como definirlo, ¿flipantes? Pero te acostumbras, ella es así de sorprendente, pero me entiende, y me cuida. Siempre dice que soy como una hermana pequeña y plasta que tiene el deber de cuidar, porque ella es hija única y su madre murió cuando ella tenía 3 años, y su padre trabaja más de lo que está en su casa.
